LOS CINCO GRANDES MITOS DEL CAFÉ

El café es una bebida consumida en la mayoría de regiones de la que se compone nuestro planeta azul. Y es que, como todo lo famoso, da de qué hablar. El café se halla entre los productos más comercializados del mundo y es una de las tres bebidas más consumidas en el planeta.
Contiene cafeína, un estimulante del sistema nervioso que nos ayuda a mantenernos despiertos y activos, pero que también es considerada maligna para nuestro organismo. Pero no todo son opiniones y leyendas negativas, ha sido objeto de estudio por múltiples universidades que acreditan que este producto contiene nutrientes esenciales para nuestro organismo.
Desmitifiquemos las teorías sobre el café:
¿Perjudicial para la salud o no?
Es el mito más conocido sobre el café. La realidad es que, como todo, tomado en una cantidad ‘inadecuada’ es perjudicial. Las investigaciones se han encargado de desmentir esta creencia y aseguran que una o dos tazas al día son beneficiosas, siempre que no haya una contraindicación médica.
El problema de los ‘acompañantes’
Es cierto que, no superando la dosis recomendada, el café no es ‘malo’. El problema viene cuando comenzamos a ‘acompañarlo’, especialmente con dulces. Y es que ni la bollería ni el azúcar son nuestros aliados. Hay gente que no concibe tomar un café si uno de esos elementos. De modo que lo que se debe controlar, además la dosis de café diaria, es la cantidad de azúcar que se consume. Al asociar el azúcar al café lo ‘convertimos’ en un producto perjudicial.
Beneficios neuronales
La Universidad de Hopkings determinó que consumir cafeína mejora nuestra memoria, es decir nos permite retener mejor la información durante un periodo determinado de tiempo. Y, por supuesto, el café contiene cafeína.
Depresión y cafeína
Un estudio científico demostró que la cafeína actúa sobre unas moléculas que se hallan dentro de las células del cerebro, receptores de adenosina A2A. La cafeína actúa como protector de estas moléculas con lo que evitan que el estrés acabe derivando en depresión. En definitiva, podríamos decir que el café (la cafeína, más bien) es un antidepresivo.
El ayuno y el café
La cafeína, como estimulante neuronal, se desaconseja tomar en ayunas. Incluso el café descafeinado no es recomendable, pues aquello que le aporta el sabor amargo aumenta en exceso la producción de ácidos, lo que puede causar molestias.

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